los reyes en Barco

Los Reyes de oriente

A las cinco treinta de la tarde varios cientos de personas esperaban la playa gran la llegada de los Reyes Magos. Hasta que, por fin, pudieron verse a lo lejos la embarcación en las que viajaban los mágicos personajes.
Por fin, y pese a las dificultades que su tan cargado barco tuvo para entrar en la playa gran, Melchor, Gaspar y Baltasar hicieron su aparición.
Tras desembarcar, los tres saludaron al público desde el paseo marítimo. Desde allí, el mayor de los reyes, Melchor, actuó una vez más como portavoz, y se dirigió a los niños. El monarca comentó que habían tenido una terrible travesía y que estuvieron a punto de sucumbir por «los males del mar». Tanto fue así que los tripulantes orientales, poco avezados en las frías aguas del Mediterráneo, tuvieron que ser sustituidos por la experiencia de los marineros arousanos, que hicieron posible que no se perdiese la preciada mercancía que los Reyes traían en la embarcación.
Después de tocar tierra y saludar a los niños, la comitiva se retiró a descansar unos minutos mientras se preparaba todo para que la Cabalgata pudiese salir a las calles. Fue a las seis de la tarde cuando las carrozas comenzaron a salir del paseo marítimo hacía las calles de la población. Más de un centenar de personas componían el séquito de los Reyes y miles de personas esperaban en las calles para verles pasar.
Las tres carrozas de los Reyes, sus pajes y los camiones llenos de regalos, recorrieron platja d´aro hacia la iglesia, acompañados por miles de personas.
Efectivamente, Melchor, Gaspar y Baltasar recibieron durante un buen rato a los pequeños que quisieron verlos de cerca y pedirles que esa noche cumpliesen todos sus sueños. Con este acto finalizó la Cabalgata.